miércoles

PABLO ESTRADA


¿PARA QUÉ POETAS?

¿Para qué poetas
si hay médicos, ingenieros y abogados
ejecutivos, secretarías y empleados?
¿Para qué poetas
si hay día del amor y la amistad
y nochebuena durante navidad?
¿Para qué poetas
si no han declarado
otra guerra mundial
ni han iniciado
una dictadura militar?
¿Para qué poetas
si hay cáncer y sida
y cómo clonar la vida?
¿Para qué si
hay toda clase de drogas
nirvana, karma y yoga?
¿Para qué si hay donde sea dementes
bisexuales, neonazis e indigentes?
¿Para qué poetas si hay putas?
¿Para qué poetas, para qué
si hay tantos canales de t.v.
reality shows e inertenet?
¿Para qué poetas?
¡Para qué!
¿Para qué diablos?
¡Ah, ya sé!
Para que los pobres críticos
tengan de qué vivir
y no se vean raquíticos
cuando vayan a morir.


21
Soy un joven descompleto
con rubor suicida
y labios humeantes
a veces ruego por la salvación
de mis ancestros
pero nadie me escuchó
el silencio susurra palabras sordas
que mis oídos necios desvirtúan
la rubia navaja acaricia mis temores
y calma mi soledad ambigua
palpo rocas virginales
luego siento acidez neural
–faltan faldas destiladas–
sin sombreros urgentes
tramo a tramo
quiebro espejos
dilato sombras
prefiero los besos fritos
que los revueltos
veinte
y uno.
PD: Eludo reclamos y milagros
creo en sonidos distorsionados
y ruidos estridentes
sigo deambulando hasta la muerte
en este sonámbulo
andar sin visiones.




1 comentario:

Anónimo dijo...

DIGRESIONES 30 MAYO DE 2006
En medio de divagaciones y de ciertas ocurrencias, nada parece encontrarse, las ideas solo divergen en monótonas formas imposibles de encontrar. Mi pensamiento lleno de obstáculos a veces pretende separase de esta oscuridad, encontrar la luz perpetua de esa tranquilidad… que no es más que la esperanza... Esa esperanza que con el pasar de los días se va haciendo más y más despreciable, más lejana, tan tonta y tan absurda que a veces creo que la odio. Pero como el ser humano es un mundo lleno de contradicciones, tanto más siento que la pierdo, más voy tras ella y una fuerza extraña desde adentro me grita: ¡vive!

Pero como decía Hölderling, "¿para qué poetas en tiempos de miseria?", ¿para qué dedicar la vida a escribir los versos de un corazón joven que con desespero no quiere sino recurrir a su única y última salida, la muerte?. Pensar, vivir-sentir, morir, ¿acaso ese es realmente el equilibro al que aspira todo ser humano, al menos en su lozanía?... entre las mentes celosas, que a veces dicen ser tan racionales que se reprochan un mínimo de sentimiento y de fragilidad, ¿existe algún equilibrio? o todo no es más que una utopía, una idealización perfecta que acaba derrumbándose en el valle triste del presente, de la realidad.